El tiro libre decide partidos, y muchos. Así de simple pero de real. Un partido muy igualado puede decidirse por el porcentaje de acierto en los tiros libres. En las categorías de formación suelen haber una gran diferencia entre unos equipos y otros en este aspecto y es lo que finalmente decide el vencedor. Además, normalmente, la puntuación es más baja, por lo que los tiros libres cobran aún más relevancia.
Dejando al margen la técnica y la mecánica para artículos posteriores, es fundamental trabajar la concentración. Hay que trabajar el aspecto mental. La visualización, imaginar cómo va a ser el lanzamiento y visualizar el balón entrando en la canasta es también muy importante.
En la mayoría de los casos, los entrenadores tenemos una selección de 40 o 50 ejercicios que vamos repitiendo a lo largo de la temporada. Otros, los más involucrados, nos preocupamos por buscar nuevos ejercicios para evitar la monotonía del entrenamiento, pero a veces los complicamos demasiado y perdemos más tiempo en explicarlos que en ejecutarlos.
Ante esto se me plantean varias preguntas:
¿Cómo sabemos si un ejercicio es bueno o no?
¿Es realmente útil y eficaz?
¿Conseguimos con ese ejercicio nuestro propósito inicial?