<H1>EL JUEGO POR CONCEPTOS Y LA OCUPACIÓN DE ESPACIOS (II)</H1>

EL JUEGO POR CONCEPTOS Y 

LA OCUPACIÓN DE ESPACIOS (II)

   Continuamos hablando de la parte teórica que como entrenadores debemos tener en cuenta para la creación de un juego por conceptos. Ese sistema debe basarse en una serie de reglas o normas prefijadas, pero en la que no todas tienen la misma importancia y jerarquía. Cada uno puede construir el sistema como desee. Yo, en mi caso personal, tengo dos tipos de normas:

- Las principales: son normas básicas y generales que deben cumplirse siempre. Por ejemplo, cuando haya una penetración desde 45º y vaya hacia el centro de la zona, debemos intentar ocupar la esquina de juego que está de cara a dicha penetración.

- Las secundarias: A veces las llamo condicionales o condicionadas (o las del "y si"): si en esa misma penetración, el jugador con balón se queda a mitad, en función de lo que hagan el resto de compañeros y los defensores, actuaremos de una manera o de otra. Por ejemplo, si el defensor del jugador con esquina sale a la ayuda por encima del tiro libre, el jugador que ocupa esquina puede quedarse en esquina o cortar hacia canasta buscando una puerta atrás.  

   En esta misma situación, si la altura a la que sube ese defensor es menor y más centrada o el jugador que sale a la ayuda es muy grande y no hay línea de pase, puede subir para ofrecer una nueva línea de pase mejor ocupando un espacio libre o intercambiándose con un compañero.

   Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que no todos los sistemas de juego por conceptos son iguales. Por ejemplo con chavalitos jóvenes, igual lo más recomendable es fomentar el 1x1. Para ello, debemos establecer como normas básicas que no haya posiciones preestablecidas y jugar 5 abiertos. Si tengo chicos más formados igual lo que quiero proponer es un juego más equilibrado y buscaré que siempre haya un jugador interior y que, para empezar a jugar, sea obligatorio que vaya una vez al menos el balón a ese jugador interior.

   ¿Cómo comenzar? Lo más aconsejable es lo más obvio: pocas normas, sencillas y principales. A partir de ahí, según van evolucionando los jugadores individual y colectivamente, iremos añadiendo nuevas reglas (incluidas las secundarias) añadiendo mayor capacidad de decisión a los jugadores. Esto también lo considero bastante importante porque si somos demasiado flexibles al principio, puede ser un caos. Además, los jugadores mejor formador y con una personalidad más "agresiva" (los chupones) terminarán la mayor parte de las jugadas; y los jugadores con un perfil más bajo y peores condiciones no se arriesgarán nunca, aumentando cada vez más la diferencia entre ambos grupos.

   Cuanto más tiempo pase y más tiempo le dediquemos más recursos tendrán los jugadores y más se irá enriqueciendo el juego del equipo.

   Otro motivo para empezar con pocas normas, sencillas y claras es que esto favorecerá la capacidad de los jugadores de identificar la situación que se ha trabajado previamente en el entrenamiento y poder ejecutarla de la mejor manera posible. Si esto puede ser complicado para el jugador con balón, esa dificultad aumenta exponencialmente en los jugadores sin balón que deben identificar la situación y moverse en función de lo que hace el jugador con balón.

   Para terminar y antes de comenzar en la tercera parte con algunos ejercicios o ejemplos prácticos de cómo ponerlo en marcha, quiero recalcar la importancia que tiene que los entrenadores no seamos:

-Inflexibles: ¿A qué me refiero? Se dice que el papel lo aguanta todo y es cierto. Yo, como entrenador puedo tener una serie de ideas en la cabeza pero a la hora de ponerlo en funcionamiento es un desastre y no funciona. Incluso a veces, se da con normas que ya he utilizado en otros equipos y me han funcionado. Y es que cada jugador, cada equipo, es un mundo y por tanto debemos ser capaces de ayudar a nuestros jugadores, identificando aquellas cosas que no funcionan y que hay que cambiar radicalmente o aquellas que debemos ajustar para que funcionen mejor.

- Cenizos: debemos ser coherentes con lo que estamos proponiendo. No debemos echar siempre la culpa al empedrado, a los jugadores, a los árbitros. ¿Y ahora a qué me refiero? Por ejemplo, propongo un juego basado en el contraataque. Vale, de acuerdo, es una buena opción, pero debemos asumir que eso puede implicar muchas pérdidas de balón. Proponemos un juego que se basa en hacer mucho lanzamiento exterior. Vale, ok. Pero debemos asumir que, en edades tempranas en las que el acierto es poco, eso puede desencadenar en malos resultados en el corto plazo por el bajo porcentaje en distancias largas de los chicos jóvenes. Si propongo un juego basado en el juego interior, con un poste bajo y un poste alto (algo muy típico en los 80 y 90, aunque hoy parezca impensable), debo asumir que habrá poco espacio para las penetraciones de nuestros jugadores exteriores.

   Una vez hemos analizado todos estos puntos que hemos presentado en los dos artículos, nos preparamos para ponerlo en marcha en la pista. Pero eso será en el siguiente artículo. Nos vemos pronto y recordad:

VIVA EL BALONCESTO !!!

I LOVE THIS GAME !

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