DR. JEKYLL & MR. HYDE
Así se puede definir cómo se está desarrollando la temporada en uno de mis equipos de baloncesto. Esta expresión se usa mucho en castellano, sobre todo, en España.
Muchos lo sabréis pero para aquellos que no la conozcan, es el título de una obra muy famosa de Robert Louis Stevenson de 1886 que, resumiendo, habla de un trastorno de personalidad múltiple, es decir, una misma persona que tiene dos o más personalidades o formas de comportarse muy opuestas o diferentes entre sí.
Esto es bastante habitual en los equipos profesionales. Estamos cansados de ver equipos que ganan un partido de 20 y al día siguiente pierden de 5, jugadores que un año destacan y al año siguiente son suplentes, etc, pero yo creo que salvo los cracks mundiales, en esos niveles es más lógico que pasen estas cosas porque:
- los equipos están más igualados
- hay fichajes
- vídeos, scouting
- preparación física de alto nivel
- se preparan los partidos con más detalle
- etc.
Pero en un equipo junior de una pequeña región, en la que todos los equipos y entrenadores nos conocemos porque siempre somos los mismos, nunca había visto un caso tan evidente y tan desconcertante. Normalmente hay equipos que evolucionan más o menos pero ya desde el principio de la temporada sabes que vas a acabar arriba o abajo porque hay muchísima diferencia entre los equipos punteros y los peor clasificados. No se producen milagros entre una temporada y otra y, menos aún, entre un fin de semana y el siguiente. Supongo que esto ocurre en muchos lugares.
Hace unos días jugamos un partido malo, bueno fue algo más que eso. La diferencia entre el otro equipo, que era el líder invicto, y el mío era más que evidente: en talento, en físico, en fuerza, en intensidad... en todo. Era evidente que íbamos a perder aunque uno siempre tiene ese hilo de esperanza, pero en dos minutos nos pusieron en nuestro sitio. Es de esos días que es mejor no levantarte de la cama. Tu equipo sale asustado (saben lo que se les viene encima), se botan el balón en el pie, fallan sólos debajo de canasta..., un desastre. Para colmo el otro equipo se sale del mapa. Son mejores en todo pero es que encima "les sale todo".
Estás en el banquillo y empiezas a probar cosas: presionar, individual, zona, rotas a todos los jugadores varias veces..., pero no es el día. El partido acaba con 100 puntos, si 100 puntos de diferencia y la sensación de que podrían haber sido 200 si el partido dura otros 10 minutos.
¿Qué decir, qué hacer? Yo no suelo hablar tras los partidos, suelo esperar al primer entrenamiento y así lo hice. Les dije que todos habíamos cometido errores, yo el primero y que todos habíamos fallado. No me gusta perder tiempo de entrenamiento en hablar pero considero que ese día era necesario. La mitad del entreno estuvimos hablando. Los restantes entrenamientos de la semana fueron bastante buenos, intensos, bien aprovechados, buscando animar a los chavales, "dándoles caña y cariño", "palo y zanahoria" que se dice en España.
El siguiente partido era con el segundo clasificado, un equipo que, siendo un poco inferior al líder, debía igualmente pasarnos por encima. Pero una vez más el deporte y, en concreto, en baloncesto, me hizo darme cuenta de porqué me gusta tanto.
- El deporte no es una ciencia: 2 + 2 no siempre son igual a 4.
- Hay que escuchar a los chavales, jóvenes y no tan jóvenes y creer en ellos. Conocerles y saber cómo sacar lo máximo de ellos sin que eso suponga que acaben aborreciendo el baloncesto a final de temporada.
- No hay que ser cabezota. Uno tiene que tiene las ideas claras y saber qué es lo quiere hacer, pero si no está funcionando, tener la capacidad de cambiar (ya sea el sistema de juego, la forma de tratar a los jugadores, la forma de entrenar...).
Puede pareceros muy absurdo y poco espectacular. El marcador fue de apenas 30 puntos de diferencia. Sé que pueden parecer muchos pero realmente la diferencia entre ambos equipos se acercaba más a los 80 o 90. Pero las ganas de currar, la intensidad, la agresividad, la confianza..., pueden hacer que un grupo de chavales teóricamente muy inferiores, fueran capaces de ganar 2 de los 4 periodos, ganando la segunda parte ante un equipo que no dejo de presionarnos e intentar aumentar la diferencia.
Por eso el baloncesto es un deporte tan fantástico, por eso nos gusta tanto y por eso queremos agradecerle a otro doctor, un profesor de Educación Física llamado JAMES NAISMITH, que lo inventará en 1891.
VIVA EL BALONCESTO !!!
I LOVE THIS GAME !
VIVA EL BALONCESTO !!!
I LOVE THIS GAME !
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