DEFENSA A TODA PISTA (II)
Continuamos con el artículo de la semana pasada.
A continuación, vamos a proponer una serie de premisas básicas para la defensa a toda pista:
- Las defensas a toda pista pueden ser muy diferentes pero, en la mayoría de los casos, se tratan de presiones que tratan de forzar errores en el equipo contrario. Por ello, seguramente la premisa fundamental es saber en todo momento dónde está el balón y movernos en función de él (también hay que saber donde está nuestro par, sobre todo en un primer momento para evitar pases que rompan la presión).
- Relacionado con el anterior: incluso en las zonas press, es muy importante que en un primer instante, cada jugador defienda a su par, o al menos queden definidos ciertos emparejamientos, por lo que ya hemos comentado de pases que rompan toda la presión. Incluso si la defensa o presión es zonal (por áreas o zonas del campo), es vital que cada jugador tenga cierta responsabilidad defensiva individual (al menos hasta que el balón entre en juego). De esta también forzamos al equipo rival a meter el balón en el campo por la zona que queremos o con el jugador que tenemos previsto (un jugador menos habilidoso).
- El baloncesto es un juego de números y porcentajes: puntos, rebotes, porcentaje en tiros de campo, pérdidas, recuperaciones... No hay que obsesionarse con robar el balón. A veces es suficiente con provocar pérdidas en el equipo contrario, forzar malos tiros o tiros precipitados, etc.
- "No hay que robar (literalmente) siempre el balón; es suficiente con que el equipo contrario lo pierda o no anote".
- Elegir el momento y la intensidad adecuadas para realizar la presión. A veces, no nos quedará otro remedio (queda poco tiempo y perdemos por muchos puntos de diferencia); en otras ocasiones, podemos aprovechar cuando los teóricos titulares del equipo contrario están descansando o cuando nuestros jugadores más físicos y buenos defensores están en la pista.
- Siempre es bueno marcar unas pautas a la defensa. Como siempre, algo sencillo, fácil de recordar y ejecutar. Por ejemplo:
- No cometer faltas absurdas a 20 metros de nuestra canasta.
- No recibir canastas fáciles debajo del aro (PROHIBIDO)
- La presión, generalmente, será más efectiva, al final del partido. Si hacemos una presión en el primer cuarto, el equipo contrario acabará acostumbrándose a ella y superándola. Además está el factor sorpresa (es conveniente hacerla a partir del tercer cuarto para que el entrenador rival no tenga opción de explicar cómo salir de ella, excepto en los tiempos muertos y descanso entre tercer y último periodo).
- Relacionado con el anterior. Otra razón por la que una presión es efectiva al final es por la importancia de cada posesión y el cansancio de los jugadores. Si un jugador del equipo contrario pierde el balón por nuestra presión en el minuto 2, no pasa nada grave ya que quedan 38 minutos para solucionarlo. En cambio, un balón perdido en los últimos minutos o segundos puede inclinar la balanza de un partido y ese jugador que ha perdido el balón estará muy presionado la próxima vez que tenga el balón en sus manos.
- Toda presión tiene sus riesgos. Es importante que tanto el entrenador como los jugadores, conozcan esos riesgos y los asuman como parte del juego. No siempre va a salir bien la presión, no siempre vamos a recuperar el balón...
- Todos, jugadores y entrenador, deben saber que no pueden llegar a todos los balones, que siempre cometerán algún error. Hay que ser exigentes pero comprensivos. Si les exiges el 120% te darán el 100%; si les exiges el 50% te darán el 30%; y si les exiges que lleguen a todo, se provocarán desajustes, se romperá la presión con facilidad y, lo que era un arma a nuestro favor se volverá en nuestra contra. Hay que proponer metas exigentes y ambiciosas, pero posibles, que supongan un reto que los jugadores pueden conseguir con esfuerzo. De lo contrario, los jugadores se frustrarán al no producirse resultados positivos y perderán la confianza en ellos mismos y en el entrenador.
- Se podrían decir muchísimas cosas más, pero lo dejamos aquí con cuatro normas básicas para cualquier presión:
- Objetivos sencillos, claros y realizables. Mantener la simplicidad. El que quiere defenderlo todo, acaba por no defender nada.
- Hay que saber defender muy bien en individual para poder defender en zona o presionar.
- El mejor defensor no es siempre el que recupera más balones. A veces, el mejor defensor es aquel al que nunca superan o que colabora a que otros recuperen el balón. Esto hay que hacérselo ver a los jugadores.
- No rendirse jamás. Si un jugador se equivoca, se resbala o es superado, no se queda parado, sino que corre mirando el balón a proteger el aro propio. Solo con esta norma se recuperan cantidad de balones sueltos
VIVA EL BALONCESTO !!!
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