SISTEMA DE JUEGO ABIERTO: IDEAS GENERALES
Siguiendo con la tónica de nuestro artículo anterior, vamos a suponer que SI, que tenemos jugadores bastante bien formados en todos los aspectos del juego, incluso físicamente, y queremos trabajar un pequeño sistema de juego. ¿Para qué hacemos esto? Cuando no hay un sistema de juego y predomina el "libre", normalmente, todos los ataques son muy similares.
¿Por qué? Normalmente, el chaval "bueno" del equipo se juega la mayoría de las posesiones, suele pasarse el balón con su amigo que, generalmente, también es de los "buenos" y cuando llega el balón a uno de ellos, son como un agujero negro: la pelota ya no vuelve a los demás compañeros (al amigo tal vez si).
Por otro lado, están los jugadores que no se mueven, por lo que nunca tendrán el balón y luego están aquellos que son "tímidos" y a los que la pelota les quema y se esconden: un amigo mío dice que son aquellos que se defienden solos. Si les llega el balón, por casualidad, o se giran para protegerlo o se lo juegan rápidamente, perdiendo la posesión en la mayoría de los casos.
Con un pequeño sistema tratamos de equilibrar esas posesiones que se juegan unos y otros (aunque va a seguir pasando). Bueno, al menos, tienes unas normas que todos conocen y que deben cumplir de alguna manera. Vamos a tratar de darles a nuestros jugadores una base sobre la cual puedan actuar, tomar decisiones en función de la posición del balón, la posición del defensor..., en definitiva, haciendo una lectura del juego.
También puede usarse cuando el equipo está sin ideas, lleva unos minutos sin anotar y no es capaz siquiera de acercarse a hacerlo. Por lo menos, con unas pocas normas, buscaremos crear movimiento que provoque desajustes, crear ventajas, mejorar los ángulos de pase...
Llega el momento de empezar a dar forma a ese sistema, a ese juego por conceptos. Lo primero que debemos plantearnos es si todas las normas van a ser igual de importantes. Cada entrenador tiene sus ideas, cada maestrillo tiene su librillo, pero aconsejo que hagáis una jerarquía de normas. Así por ejemplo, podéis establecer:
1) NORMAS GENERALES:
Serán aquellas que hay que cumplir si o si, que están por encima del resto y que dan forma a nuestro juego ofensivo. Por ejemplo, una norma general podría ser que el que pasa el balón tiene que cortar hacia la canasta. Con el paso del tiempo y de los entrenamientos y con jugadores más formados, podemos darles más alternativas: la norma general podría ser que ahora después de pasar tengo que moverme. Puedo seguir cortando, pero también puedo poner un bloqueo directo, puedo poner un bloqueo indirecto, hacer un aclarado...
Estas normas generales deben ser claras, concisas y no ser más de 3 o 4. Un ejemplo:
- Después de pasar hay que moverse.
- No hay dos penetraciones seguidas.
- Ningún jugador puede tener el balón en sus manos más de 4 segundos.
- Si llevo tres segundos parado, me bloqueo o intercambio posición con un compañero.
2. NORMAS ESPECÍFICAS:
Son aquellas que sólo funcionan en algunas posiciones o en determinados momentos. Por ejemplo, si recibo en el poste bajo en 1x1, el jugador debe ser ofensivo y agresivo buscando acabar la acción siempre que pueda. Otro ejemplo: si recibo en una situación cómoda para hacer un tiro liberado y estoy en un rango de tiro lógico, debo hacer ese tiro.
3) NORMAS CONDICIONALES O CONDICIONADAS:
Son aquellas que tienen un diferente recorrido en función de diversas variables: por ejemplo, si yo penetro por el centro quiero que las dos esquinas estén ocupadas; pero si penetro y voy de cara hacia el lado derecho, por ejemplo, quiero esa esquina donde mira el jugador con balón siempre ocupada, mientras que la esquina contraria la quiero libre para que pueda abrirse el interior y el exterior vaya hacia el centro para mejorar el ángulo de pase y asegurar mejor el balance defensivo.
Otro ejemplo: si juego con dos interiores y uno de ellos recibe en el poste bajo, el otro debe subir al poste alto para dejarle espacio para jugar; pero si le hacen un 2x1 con el defensor del poste alto, el atacante en esta posición buscará cortar hacia canasta o una buena posición para que le pueda llegar el balón y anotar con facilidad; si el 2x1 viene del exterior, el compañero que queda sólo debe moverse.
Aquí entrarían más sub-normas: si el defensor cierra el 2x1 muy cerca de balón busco separarme de él, buscarle la espalda y encontrar una buena posición de tiro. Otra opción, si es clara puede ser cortar a canasta. Si es un 2x1 pero el defensor no me pierde de vista, lo que haré será subir, alejarme, para provocar que la distancia sea mayor y el defensor tenga dudas: si va al 2x1 o se queda con su par.
Todas estas normas, tanto unas como las otras, serán distintas en cada sistema de juego, en función de las preferencias del entrenador y, sobre todo debería ser, en función de las habilidades, capacidades y puntos fuertes de nuestros jugadores; y también teniendo en cuenta los puntos débiles o más flojos.
Algo importante en este tipo de sistemas es cuál es realmente el porcentaje de libertad que tienen los jugadores. De forma general, podemos decir, que cuantas más normas tengamos, menos libertad tendrán los jugadores. Y he visto entrenadores que dicen que yo juego libre con normas, pero ponen tantas que si hiciesen un sistema cerrado, sus jugadores tendrían más libertad.
También está el contrapunto: "Pues sin normas, o una como mucho, libres". ¿Qué sucederá? Lo que explicamos al principio: solo unos pocos jugadores monopolizan el juego ofensivo del equipo.
Por tanto, debe haber suficientes normas como para que cada jugador no haga siempre lo que le venga en gana y vaya a su libre albedrío, pero no tantas como para coartar las iniciativas de los chicos. No es fácil, lo reconozco: encontrar ese punto intermedio y equilibrado es bastante difícil pero debemos ser abiertos de mente y ser capaces de quitar y poner normas a lo largo de la temporada.
El trabajo no acaba aquí. Por mucho que lo practiques en los entrenamientos, lo realmente complicado no es el aprendizaje, ni siquiera la ejecución de los movimientos. Para mí, el verdadero "quid" de la cuestión, es la lectura del juego: es decir, cuando el jugador debe reconocer esa situación que ha trabajado en los entrenamientos y aplicar la mejor solución posible en función de lo que ha aprendido y de sus capacidades.
Al ser sistemas abiertos, deben estar en constante evolución. A veces ponemos una norma que creemos que va a funcionar y luego, en su aplicación al juego, es un desastre. Debemos analizar el porqué, tratar de corregirla y, si realmente es contraproducente, ser capaces de reconocer ese error y cambiarla parcial o totalmente o directamente quitarla.
Los entrenadores tenemos que ver, cambiar, evolucionar y ¡Ojo! escuchar. Yo he tenido la suerte de entrenar a un chico y a una chica que entendían e interpretaban el baloncesto mejor que yo. Eran capaces de ver los problemas antes que el resto e, incluso, capaces de aportar soluciones (esto sólo pueden hacerlo unos pocos elegidos. Yo, en toda mi carrera como entrenador de base, sólo me he encontrado dos casos).
Para acabar, un pequeño consejo. ¡No os obsesionéis! El baloncesto es un juego de errores y aciertos. No existe el sistema perfecto y por muy abierto y versátil que sea, siempre potenciaremos más unos aspectos y perjudicaremos a otros. No podéis abarcarlo todo. Por ejemplo: si decido jugar con 5 abiertos, potenciaré el 1x1, las penetraciones, generar ventajas en esos 1x1...; por contra, perderemos presencia en la pintura, potencial para cargar el rebote ofensivo, etc.
Si por el contrario, jugamos con dos interiores (aunque esas posiciones no sean fijas y todos pasen por todas las posiciones): conseguiremos canastas desde posiciones cerca del aro, capturaremos más rebotes y rechaces, es posible que carguemos a los jugadores interiores del otro equipo con faltas...; pero nuestros exteriores no tendrán el camino expedito hacia la canasta ya que la zona estará sobrecargada de gente, tanto compañeros como rivales, etc.
VIVA EL BALONCESTO !!!
I LOVE THIS GAME !
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