Llevo mucho tiempo pensando en volver a escribir en el blog. Pero lo cierto es que, cuanto más tiempo pasaba, más difícil se me hacía el regreso. Porque reactivar el blog es algo importante para mí y, ¡claro!, debe ser muyyyyy bueno lo que escriba en esta vuelta a las redes. Los que me conocéis un poco, sabéis que soy bastante exigente conmigo mismo (también lo soy con los demás) y no me sirve cualquier "cosa", cualquier articulillo, y más después de 2 años.
Pero, ¿por qué me pasa esto? El blog es mío, 100 por 100, personal e intransferible... no gano dinero con él y no tengo ninguna obligación.. casi nadie sabe quién soy en realidad...¿por qué comerme tanto la cabeza?
Dándole vueltas y más vueltas me he dado cuenta de que el blog es para mí. Llamadme egoísta pero esto lo hago por mí. Me explico: es cierto que pongo mucha información de forma altruista, me curro mucho todos los artículos que subo y hay mucha gente que me ha escrito agradeciendo lo que hago y diciéndome que le he ayudado mucho a empezar como entrenadores o a desarrollarse los que ya lo eran. Entonces, ¿por qué digo que el blog lo hago por mí?
El blog es, en realidad, TERAPIA. Todo esto empezó un 1 de Enero de 2013 (aunque ya llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo). Eran momentos un poco complicados en mi vida. El objetivo de todo esto era enfrentarme a mis miedos, perder mi excesiva timidez e introversión que, en un momento determinado, llego a tal punto que me aislé de todo y de todos. Abandoné mi trabajo, el deporte, mis amigos... Ya os he contado todo esto.
El blog era mi ventana al exterior, mi pequeña burbuja de aire que me permitía mantener un frío y tibio enlace con la realidad. Han pasado 10 años desde que esta aventura comenzó y han ocurrido muchísimas cosas, como a todo el mundo. Pero hoy, 1 de Noviembre de 2023, puedo decir que soy un privilegiado. Tengo a mis padres todavía vivos, algunos amigos nuevos que he hecho, una mujer maravillosa a mi lado y un bichito, como yo lo llamo, que va a hacer un añito y que me alegra el día con su constante sonrisa desdentada (sin duda, la sonrisa más bonita del mundo).
Por tanto, si tengo todo esto y el blog es fundamentalmente lo que os he explicado, ¿por qué ese regreso debe ser con un artículo que sea la "pera" o la "repanocha"? No os confundáis, pretendo mantener la calidad y prometo trabajar muy bien todo aquello que suba pero no quiero meterme una presión que nadie me hace y que yo sólo me provoco.
Hoy puedo decir orgulloso que VUELVO, el blog vuelve a estar vivo, resucita. No prometo un artículo diario, ni uno a la semana... No sé cuándo sacaré tiempo para investigar, trabajar y escribir pero intentaré mantener cierta regularidad y también calidad en aquello que aporte. Esto no es una obligación, es para mí, mi TERAPIA (y si puedo ayudar a la gente pues bienvenido sea).
Y ahora un poco de baloncesto.
Como ya os he hablado de cómo me va la vida y de cómo soy personalmente, ahora vengo a hablaros de cómo soy como entrenador. Es cierto que ha habido una evolución evidente desde los inicios, hace ya 30 años de ello. Incluso, dentro de una misma época había cambios dependiendo de la edad, del nivel del equipo, del club o competición en la que estaba inmerso, etc.
Pero si que es cierto que hay un par de rasgos que me han marcado profundamente como entrenador y son estos:
- Correr, correr y correr. Me encanta... El baloncesto es un juego fantástico, pero los contrataques son mi debilidad. Además de ser vistosos y espectaculares, son muy eficaces (reportan al equipo muchos puntos) y eficientes (no es necesario contar con jugadores con una gran técnica o un gran lanzamiento. Casi cualquier jugador puede anotar en un contrataque, algo que no es tan sencillo en un juego más estático de 5x5). Hay puristas del juego que me dirán que eso está muy bien para niños o jóvenes pero que en baloncesto profesional eso no sirve. Y yo les contesto ¿por qué? Si, es cierto: es más difícil de llevar a cabo y seguramente no se conseguirán tantos puntos, los equipos están más preparados y tienen buenos balances defensivos; pero es un hábito fantástico el que un equipo defienda y en cuanto consigue la posesión, en lo primero en que piense es en meter canasta en el menor tiempo posible. Mi lema es por lo menos debemos intentarlo. Correr, llegar y si realmente no se puede y no hay ningún tipo de ventaja, entonces si, parar y jugar. Me encanta el baloncesto y a veces me resulta muy anodino cuando los entrenadores nos ponemos excesivamente controladores y no dejamos libertad a los jugadores. Además, hay nuevas normas que lo están incentivando: por ejemplo, en la ACB cuando el balón sale fuera de banda ya no tiene que tocarla el árbitro. Hay un punto de locura que me encanta aunque también es verdad que se producen más pérdidas de balón. Uno debe poner en la balanza lo bueno y lo malo y en mis 30 años de profesión, casi siempre la balanza cae del mismo lado.
- Juego compensado: aquí se demuestra que ya tengo una edad, que soy un clásico, un romántico de este deporte. Debe haber un equilibrio entre el juego interior y exterior. Pero, y esto es algo que ha ido evolucionando con el tiempo, no me refiero tanto a juego de interiores y exteriores como pudiera parecer, sino que haya un equilibrio entre penetraciones o tiros cercanos y el lanzamiento exterior. Y no solo eso, sino que sea algo coral y que cualquier jugador del campo esté en cualquiera de estas situaciones. ¿Cuántos jugadores interiores se han convertido en la actualidad en grandes tiradores de 3 puntos? Pues yo pienso, ¿y por qué no al revés? ¿Por qué no castigar en el juego interior o cercano a canasta con jugadores no demasiado grandes pero que a su vez están defendidos igualmente por jugadores poco acostumbrados a esas situaciones? También es cierto que en los últimos tiempos y con la evidente mejora de los jugadores en todos los ámbitos (técnica, táctica, física...) me estoy decantando por más lanzamientos de fuera y es que, con el acierto que están llegando a tener los jugadores, siempre será mejor sumar de 3 en 3 que de 2 en 2.
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