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domingo, 28 de noviembre de 2021

EL PASE ES ALGO FUNDAMENTAL (II)

 


EL PASE ES ALGO FUNDAMENTAL (II)

   Pero, ¿por qué el pase es tan importante?

   Parece obvio: facilita mejores opciones para anotar, conecta a todos los miembros del equipo, reduce las pérdidas de balón y los posibles contraataques y canastas fáciles del equipo contrario. Por lo tanto, os planteo una cuestión: ¿Cuántos pases malos permitimos en los entrenamientos? Y os daréis cuenta de que son muchísimos, muchos más de los que podáis imaginar. El hombre es un animal de costumbres y si habituamos a los muchachos a dar "buenos pases", lo harán de forma natural en los partidos.


   Un buen pase siempre suma. Además de lo ya dicho, mejora potencialmente el juego del equipo ya que permite mejores situaciones al resto de compañeros. Es evidente que hay jugadores que son buenos pasadores y que tienen una buena lectura de juego y eso, en parte, es innato, es talento, pero todo en esta vida se puede mejorar si se trabaja y más si se insiste en ello todos los días.

   Un mal pasador o un jugador con una mala lectura del juego no se va a convertir en Magic Jonshon (para los vintage) o en Campazzo (para los más modernos), pero si podemos hacer que sume al equipo en lugar de restar. Uno de los jugadores actuales que más me impresiona en este sentido es Luka Doncic. Sin duda, el talento se le cae por todos los lados, tiene muchísimas virtudes.


   La mayoría de la gente suele quedarse con esos triples con step back (pasito atrás), esos 30, 35, 40 puntos, el número de rebotes que coge a pesar de ser un exterior, etc. Pero para mi modesta opinión lo mejor de Doncic es su lectura y comprensión del juego y su calidad de pase. Es una máquina, reconozco que hacía tiempo que un jugador no me llamaba tanto la atención. Tengo auténtica debilidad por él porque es un jugador que, al margen de de tener unas estadísticas individuales espectaculares, mejora y de manera sustancial las de sus compañeros.


   Y esto lo consigue básicamente gracias a su calidad en el pase. Siempre tiene el timing perfecto, usa el tipo de pase más adecuado, el receptor o compañero mejor colocado. La memoria es frágil y selectiva. Solemos quedarnos con los puntos, los mates, etc. Pero me gustaría que si tenéis la posibilidad, repaséis los partidos de Eslovenia en el Europeo del 2017 (no salieron campeones por casualidad).


   Doncic era muy joven, un niño, pero recuerdo perfectamente como destrozó a España. Y no fue a través de un puntaje espectacular (marcó sólo 11 puntos), pero cada vez que el balón caía en sus manos pasaban cosas y tenía esa sensación de miedo de "algo va a hacer". Luka dio una auténtica lección de basket, un clinic en 40 minutos: calidad de pase, lectura de bloqueos, siempre veía donde estaba la ventaja, pases sobre bote, pases picados, skip pass.... Un recital, bien secundado por sus compañeros que aprovechaban estas ventajas para martillear una y otra vez el aro de España.


   Os dejo a continuación con un pequeño video en el que se muestran las mejores jugadas del partido, pero os pido que pongáis especial atención a lo que hemos referido en este artículo. Espero que os guste y lo disfrutéis.




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domingo, 7 de noviembre de 2021

EL PASE ES FUNDAMENTAL (I)

EL PASE ES FUNDAMENTAL (I)

   Para mi es el fundamento estrella, sin duda. Así de claro. Es evidente que hay otros muy importantes, como el tiro (a esto gana el que mete más puntos). Pero creo que el pase es un fundamento muy poco valorado en general. Cuando hablamos de un jugador, solemos hablar de los puntos que mete, si es alto, si maneja bien el balón, sus porcentajes de tiro, los rebotes, cómo defiende... y citamos el pase como algo residual y decimos como mucho: "pasa bien" y hablamos de las asistencias que da.

   Yo creo que el pase (no confundir con la asistencia) es lo que hace que todo lo demás tenga sentido y cohesión. Y aunque es verdad que en los últimos años hay una tendencia en trabajarlo más en los entrenamientos, sigo pensando que es suficiente.


   Como entrenador de equipos senior pero también de equipos formativos, me gusta muchas veces hacerme una crítica, no porque sea masoquista, sino para intentar mejorar día a día. Por eso suelo, cada cierto tiempo plantearme una serie de cuestiones: por ejemplo, revisando los entrenamientos de las últimas dos semanas o el último mes, ver cuánto tiempo he dedicado en mis entrenamientos al pase.

   Y cuando hablo de esto quiero hacer un matiz que ya me habréis oído alguna vez. En edades de formación, hay que trabajar ejercicios específicos en los que el pase sea el gran protagonista, enseñando los diferentes tipos que hay, la técnica adecuada, cuál es el más indicado para cada situación, etc.

   Sí, creo que esto es básico y es una buena manera de comenzar, pero lo que llevo utilizando muchos años y creo que me da buenos resultados no es ningún ejercicio concreto; simplemente me preocupo con ser exigente con el pase en cada momento del entrenamiento. Es decir, imaginemos que estamos haciendo un ejercicio muy básico en el que el pase no parece el protagonista principal.

   Por ejemplo, hablamos de un 3x3 continuo. Parece que lo básico del ejercicio (y es cierto), es fijarse en la ocupación de espacios, el 1x1, el tema de ayudas defensivas, etc. Pero descuidamos, yo el primero, la calidad del pase en estos ejercicios, permitiendo dar pases "malos". Con esto no me refiero a balones perdidos sino, por ejemplo, a dar pases bombeados y flojos porque al sólo haber 3 jugadores hay mucho espacio o porque no hay demasiada presionada defensiva.


   Así, que además de los ejercicios, una de las premisas que llevo a rajatabla en cada sesión de entrenamiento es no permitir ese tipo de pases: sin tensión, bombeados, inadecuados... Esto es algo que debes hacer desde el primer día que diriges al equipo. Soy muy severo en este aspecto, y al principio, los jugadores se sorprenden, incluso se enfadan, porque yo les insisto en que "ese pase no me sirve". Pero con el tiempo, son los propios chavales los que acaban entendiendo la importancia que tiene pasar bien. 

   Y podría poner miles de ejemplo: el típico ejercicio de tiro por parejas en que cada vez tira uno. En ese ejercicio los pases suelen ser muy blandos, con poca tensión...

   Mi consejo es que un día preparéis un entrenamiento cualquiera y de forma mental vayáis contando la cantidad de eso que hemos llamado "pases malos". Creo que os vais a sorprender de la cifra que vais a obtener.




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miércoles, 3 de noviembre de 2021

ESPACIOS Y MOVIMIENTOS (II)

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ESPACIOS Y MOVIMIENTOS (II)

   No hay que volverse locos inventando ejercicios que tardemos más en explicarlos que en la propia ejecución de los mismos; con mayor motivo si estamos hablando de chicos jóvenes.
   
   A veces es tan fácil como jugar con un balón, una canasta (incluso podríamos prescindir de esta pero no es lo más recomendable), y un par de jugadores.

EJERCICIO:
   Un 2x0 en el que el entrenador explica a sus jugadores el objetivo principal para luego ir puliendo detalles.



   Al jugador con balón se le va a pedir que a la altura del cono, silla o similar haga un cambio de ritmo. Al jugador "interior" sin balón en el lado contrario, se le va a pedir que se mueva en función de su compañero siguiendo algo tan fácil como "la regla del círculo".

   Y sí, esto ya os le he contado varias veces, y hay muchos entrenadores que hablan de ello pero, ¿por qué tenemos que esperar a que los jugadores tengan 18 años para explicarles esto?



   Por ejemplo, yo entiendo que explicarle al jugador 4 que tiene que jugar en línea de fondo, por detrás de la canasta, para estirar las ayudas, crear espacios, etc. es complicado en niños pequeños. ¿Por qué? Porque el niño lo que quiere es meter canasta y si le pones por detrás de ella él va a pensar: "Desde aquí no puedo meter canasta", y nunca se va a quedar a esperar a que se mueva su compañero con balón y su hipotético defensa. Pero, somos entrenadores, usemos trucos, usemos la cabeza. 

   Yo recuerdo que en el colegio me enseñaron muchas cosas de una manera y, unos cursos después me dijeron que eso no servía y que era de esta otra manera. También me enseñaron a memorizar y soltarlo todo en el examen y así nos va pero ese ya es tema de otro debate.

   Lo que quiero decir, es que debemos encontrar la manera de que los jugadores entiendan porqué deben quedarse en línea de fondo y no siempre subir al poste bajo o poste alto. Al margen de las cosas evidentes, como que hay mayor espacio para moverse, que el defensor no nos va a ver, etc., debemos buscar métodos (incluso divertidos) para hacerles ver que esa no es la mejor solución. Por ejemplo, y en el caso que nos ocupa, si los niños son muy pequeños podemos inventarnos un juego en el que les digamos que, si se mueven delante de la canasta antes de que su defensor se mueva, caerán a un mar lleno de tiburones o pirañas, o que sus suelas están pegadas con cola o pegamento y sólo se sueltan cuando el compañero ha dado 2 botes.



   No sé, son solo dos ideas pero seguro que se os ocurren otras muchos mejores para explicarles la importancia de respetar los espacios y al jugador con balón.

   Por ejemplo, en esta situación, en la que 1 ataca por centro si el compañero 4 ya está en poste bajo-medio el pase es muy cercano y no hay espacio ni tiempo para reaccionar a ese pase. ¿Cómo se lo puedes explicar? Imaginación. Yo, por ejemplo, divido la zona con unas tiras de colores y les digo que cada zona es un cuadrante (porque no es exactamente un cuadrado). Si dos atacantes están en el mismo cuadrante, pierden la posesión.

   Incluso si lo que queremos es manejar determinados espacios les decimos que tienen que estar en diagonal (cuadrantes no contiguos):


   O les hago la pregunta de si prefieren jugar al baloncesto en un ascensor pequeño o en un campo grande. Ellos mismos te darán la respuesta más lógica (aunque hayan llegado a esa conclusión por métodos menos convencionales). 


   Si no jugamos con ellos, si no creamos este tipo de adivinanzas, de juegos, ¿alguien puede explicarme cómo le dices a un chico de 6 años que tiene que jugar pegado a la línea de fondo? ¿Cómo vas a hablarle de ayudas, si ni siquiera hemos puesto defensores? El niño, lo que va a ver y a va pensar es:
"yo, desde donde me dice el entrenador, aquí detrás de la canasta no puedo tirar y yo lo que quiero es tirar"

   Busca la forma de convencerles que de la otra manera conseguirán tirar, pero que hay que cumplir ciertas normas. 

   No tengáis miedo a poner una serie de normas a la hora de jugar, pero no confundirlo con sistemas cerrados. Los cuadrantes, la regla del círculo..., ese tipo de cosas son fáciles de entender y de cumplir por parte de los más pequeños. Los niños están acostumbrados a tener unas normas en el colegio (se sientan en su pupitre, no donde quieren); tienen normas en la mesa cuando comen (usar los cubiertos, no hablar con la boca llena...); cuando van por la calle los niños saben que tienen que ir por la acera y respetar los semáforos.

   Los jugadores jóvenes son eso, jóvenes, inexpertos, pero no tontos, y si somos capaces de con metáforas, juegos mentales o adivinanzas, hacerles ver cosas que les van a servir en el futuro, no hay que esperar a que les salga pelo en las piernas porque ya será muy tarde.



   Lógicamente, con el paso de los años los cuadrantes desaparecerán y se les hablará de espacios, tiempo de reacción, timing... Lo que vengo a decir es que trabajar aspectos técnicos y tácticos cuando son jóvenes, aunque sea de una forma "engañosa", pueden hacer crecer a nuestros jugadores para que cuando llegue el momento de aprender la verdadera razón de las cosas, lo tengan ya interiorizado..., y les saldrá sólo y encima entenderán más fácilmente el porqué y los entrenadores no gastarán fuerzas ni tiempo en explicarles que ponerse en el poste medio cuando el balón está en el lado contrario puede no ser una buena idea (o si, depende de la manera de jugar del equipo).

   Hay que jugar con los niños, jugar con sus mentes. Divertir y enseñar no son antónimos, deben ser complementarios.




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viernes, 19 de febrero de 2021

TABÚ


   Hoy no quiero hablar de baloncesto… No me apetece la verdad.

   Muchos de vosotros me habéis preguntado que si he abandonado el blog… La respuesta es no.

  Entonces, ¿qué pasa?

 

   La verdad es que nunca pensé que hablaría de esto, pero creo que ya va siendo hora de normalizar las cosas.

   Soy un enfermo mental y lo seré toda la vida. Ya está.

   No, no estoy loco, pero si estoy enfermo.

   Antes no lo contaba, me daba vergüenza. Eso no es culpa mía: cuando vemos a un enfermo de cáncer todo el mundo dice: “Pobrecito”; cuando vemos a un enfermo mental, entonces decimos: “Ese está loco”.

 

   Pues no, señores. Evidentemente, tener cáncer es una putada y no se lo deseo a nadie, pero los que tenemos enfermedades mentales también sufrimos. Y, ¿por qué lo comparo con el cáncer? Porque busco la forma de que lo entendáis, sé que es muy difícil. Creo que ambas tienen algunas similitudes:

  • Afecta a mucha gente, mucha más de la que se cree.
  • Puede tener efectos letales o crónicos durante el resto de la vida.
  • Todos pensamos que a nosotros no nos va a tocar, pero SI, te puede tocar.

 

   El dolor mental puede ser, al menos, tan doloroso, como cualquier patología (sino peor). Y no, señores, no estamos locos.

   Esta situación de pandemia esta sacando lo peor de todos nosotros y no, NO me alegro de ello (no soy tan mala persona), pero todos, en una u otra manera estamos sufriendo, no sólo por la enfermedad sino por todo lo que le rodea.

   Veo a gente cercana y lejana, gente que conozco de toda la vida y gente que veo menos, sufriendo porque no saben si van a poder abrir su negocio la semana que viene, porque no saben cómo van a seguir pagando la hipoteca o el alquiler de su casa, o siquiera si van a tener algo que comer al día siguiente.

   Pero, sobre todo, veo a gente sufriendo porque los días se les hacen eternos y sienten angustia, tristeza, pesar, ansiedad…. sentimientos que nunca o pocas veces han padecido.

   Eso es lo que muchos de nosotros llevamos sufriendo toda la vida o durante mucho tiempo de ella. Y no, no es agradable. Por supuesto que no me alegro de ello, no quiero que la gente sufra, quiero que esta pesadilla acabe ya y que la gente deje de sufrir.


   Yo, estoy sufriendo, como todos, pero no mucho más de lo que llevo haciendo muchos días a causa de mi enfermedad, esa es la verdad.

   Ya va siendo hora de que se nos tenga en cuenta y se nos trate como merecemos: personas que sufren una enfermedad y necesitan ayuda y, en muchos casos, medicación.


   Pero, ¿cómo se llega a estar en esta situación?: a veces es un proceso lento, otras es algo rápido; a veces tiene un poco de sentido que lleguemos a una situación así; y otras veces no tiene una explicación lógica.

   Yo, hasta los 27-28 años tuve una vida más o menos normal. Es cierto que he sido una persona más bien pesimista, con muchos complejos y algunas carencias, y tenía mis problemas y mis bajones... Pero estaba en perfecta forma física, tenía familia, amigos, conocidos, un trabajo… Cuando algunos de esos pilares empezaron a derrumbarse, todo se volvió oscuridad.

 Cada caso es distinto. En el mío, dejé de salir de casa. No cogía el teléfono a nadie y abandoné totalmente a mis amigos, el trabajo…

   Estuve 10 meses sin salir de casa, sin casi salir de la habitación. En realidad no sé si fueron 10 meses o 3 años porque pierdes la noción del tiempo y de la realidad. Muchos días, ni siquiera me levantaba de la cama. Supongo que mis padres y la gente que me quería, que era mucha, sufría, pero yo no era consciente de ello, me daba igual, ya tenía bastante con lo mío.

   Y duele, SI, duele, como cualquier dolor físico horrible que os podáis imaginar. Abandoné mi vida y me abandoné a mi mismo. Llevo casi 15 años tomando 6, 7, 10 pastillas diarias, y a día de hoy sigo tomándolas.

   Siempre he sido muy delgado. Engordé más de 40 kilos, me dejé barba, dejé que mis dientes se cayeran… Y me daba igual. Llegas a pensar que lo mejor es que todo termine y os aseguro que esa sensación es muy real. Me ingresaron en un hospital de salud mental, lo que toda la vida hemos llamado el siquiátrico.


   ¿Cómo un tío como yo pudo acabar allí? Tenía amigos, familia, conocidos, un trabajo, una casa recién comprada… tenía un proyecto de vida. Y de un día para otro todo se te puede venir abajo. Ahora estoy solo.

   Si, totalmente solo: tengo a mi familia y ya. No tengo novia, ni trabajo, ni amigos, ni siquiera conocidos. Hace poco fue mi cumpleaños y me felicitaron 5 personas, cuando otros años no podía atender a todas las llamadas y mensajes que me llegaban.

  Llevo más de un mes sin hablar con nadie que no sean mis padres o mi hermano, y lo hago a través del teléfono. Y no lo digo para que la gente piense “pobrecito”. No, que va, me merezco estar así, porque de pequeñitos nos han enseñado que la gente que hace cosas extrañas y te abandona tiene que ser mala.

    Y NO, no siempre es así. La mente de cada uno de nosotros es muy compleja y podemos salir por cualquier sitio. Hay que estar en la situación real, pasarla y sufrirla. Y entonces igual os sorprendéis a vosotros mismos haciendo cosas que nunca pensabais que haríais o diciendo cosas que, sabiendo que son mentira, es la opción que habéis tomado porque no veis otra salida.


   Por ejemplo, a la pregunta típica de, ¿Qué harías si ves un león de repente?, la mayoría de nosotros contestamos que saldríamos corriendo… ¿Seguro?... ¿Estáis seguros de ello?... Pues siento deciros que no: muchos correrán, si eso es cierto. Pero otros muchos, se quedarán petrificados, otros chillarán y otros se enfrentarán al león, y unos pocos harán algo que ni siquiera se me ha pasado por la cabeza.

   Cuando nuestras mentes se enfrentan a una verdadera situación estresante, angustiosa…,, nuestra mente y nuestro cuerpo pueden fallarnos y hacernos obrar de una manera que, vista en otros, calificaríamos de lamentable y, sobre todo, de imposible. 

   La primera reacción es pensar: “Yo nunca haría eso” Pues... te equivocas, también te puede pasar a ti.

 

   No quiero que el mensaje que quede sea negativo, AL CONTRARIO. Quiero deciros que se puede salir, cuesta, es duro y hay que poner mucho de tu parte. Eso si: da igual la medicación que te tomes, los sicólogos o siquiatras que te traten. Si, eso es necesario y muy valioso, sin duda.

   Pero la única forma de curarse o de salir del pozo es querer curarse uno mismo.

   En mi caso, he de reconocer que no soy tan fuerte. El verdadero motivo por el que salí de aquella situación es que conocí a una chica... y me enamoré de ella. Todo iba perfecto, como una puta película romántica... Pero lo estropeé porque a veces las cosas no salen como uno quiere y porque cuando no estás bien, podemos convertirnos en seres despreciables. En mi caso, es algo tan sencillo cómo que a mis cuarenta y tantos no se querer, no se amar.

   Si, es cierto...No se querer. Nunca he querido ni tenido a nadie como pareja y nadie me ha enseñado a amar. Y con 41 años te encuentras esta situación y la cagas, como lo habréis hecho la mayoría de vosotros la primera vez con 16 o 17 años.

  La perdí y no fui capaz de aceptar que, simplemente, no me quería, porque no sabía querer, y después le he hecho un daño terrible, sin ser consciente, fruto de la desesperación.

   Ya he pedido perdón por ello, pero es justo que no me hable. Lo siento pequeña, yo lo estropeé.


   Fijaos en algo: mi situación era muy parecida a la que me había llevado antes a ingresar en el hospital.

   Pero ahora era mucho PEOR: seguía sin tener nada y, encima, sufrí un rechazo amoroso muy doloroso y para colmo, teníamos una pandemia que nos ha cambiado la vida a todos.

   Pero… Estoy saliendo, creo, eso espero, y todos podemos hacerlo. Tendré mis recaídas, seguro. Yo no voy a recuperar a mis antiguos amigos, ni a esta chica a la que tanto daño he hecho, sin quererlo y, lo que es peor, sin ser consciente de que le estaba jodiendo la vida a la persona que más he querido en mi vida. Otra vez, lo siento, padawan. Te mereces ser feliz (Todavía sigo enamorado de ella, lo reconozco). Sé que ella nunca leerá esto y nunca entenderá por qué actúe cómo actúe.

 

   No podemos imaginarnos a nosotros mismos en esa situación, pero SI, amigos lectores, el ser más maravilloso puede convertirse en una “mala persona”. Y es que las circunstancias tienen un papel fundamental. Pero aún más importante son los pensamientos que tenemos, lo que nos queremos, lo que nos valoramos.

   Puta cabeza, siempre dije que es nuestro peor enemigo, pero también puede ser nuestro mejor amigo.

 

   Me he ido mucho del tema contando mi historia personal, pero es lo que siento y no voy a corregir este texto. Así ha salido de mi cabeza y de mi corazón y así lo he expresado. No pienso revisarlo para que quede bonito.

   Ya me he desnudado a mí mismo, así que vuelvo al tema en cuestión de una forma más general. 

 

   ¿Por dónde iba? Ah si estaba comparando el cancer y las enfermedades mentales (Menudo loco. Al final llevaban razón los que me lo llamaban).

   Otra de las razones por las que he decidido comparar las enfermedades mentales con el cáncer es por su variada gama de variantes. REPITO, no deseo que nadie tenga cáncer, sólo lo uso para que la gente lo entienda.

   Las enfermedades mentales son muchas y muy diferentes. Se podría decir que cada enfermedad mental, en cada sujeto, es distinta. Yo ahora estoy pasando un momento “valle”, es decir, no estoy con la moral por las nubes, ni tampoco en estado depresivo. 

   De hecho, estoy convencido de que estoy pasando la pandemia mucho mejor que otra gente que nos llama locos. Y eso es porque estamos acostumbrados a padecer ansiedad, angustia, miedo... Estamos acostumbrados a sufrir de todos estos trastornos y en mi caso, a estar solo.


   Espero que esta mierda del COVID acabe. Lo necesitamos todos. Pero la verdad es que yo sufro más por la gente que me rodea que por mi mismo. Sólo pido que cuando todo termine, no nos olvidemos de la gente que sigue sufriendo su “virus” el resto de días del año. Y aquí, no sólo incluyo a los que tenemos enfermedades mentales, aquí incluyo a todos los que sufren, ya sea por una patología que afecta a órganos, huesos y músculos del cuerpo, o aquellos que padecemos otras enfermedades. 

   Todas son enfermedades y deben apoyarse y tratarse.

 

   Y si, pase lo que pase, se puede salir. Hay que luchar, la vida no es fácil. Os voy a desvelar un secreto: al final, todos morimos. 

   Así que tratad de aprovechar lo que se os ofrece, valorar cada bocado, cada abrazo, cada beso, cada viaje, cada libro, cada experiencia… Disfrutad. Y sufrid también. No estoy diciendo que sea fácil y tampoco que no vayáis a sufrir un revés.

    La vida es jodida, pero de nosotros, de nuestros pensamientos, de nuestros actos, de nuestro corazón, depende que esta vida sea más agradable o u infierno. Yo escojo la primera, y digo esto cuando gran parte de mi vida elegí la otra opción; y digo esto cuando tengo el corazón roto porque estoy enamorado como un adolescente (y ya no lo soy). Te he dicho que te quiero, pequeña??? XD.

 

   A nadie le gusta sufrir, tratad de que cuando lo hagáis el trance no sea tan terrible. Se puede, siempre se puede, hasta que la muerte llega, pero eso nos va a llegar a todos así que haced que la vida vuestra (eso lo primero), y también lo de los demás sea lo mejor posible.

 

   Un saludo.

  

PD1: me he ahorrado 80 euros por una sesión con mi psicólogo.

PD2: perdonad la incoherencia del texto pero quería dejarlo tal como me ha brotado.

PD3: no dejéis de decirle y de demostrarle a la gente que los queréis.

PD4: Pido perdón a toda la gente que he dañado. Lo siento. Pero no puedo fustigarme el resto de mi vida. No han inventado todavía la maquina del tiempo. Hay que mirar hacia delante, no queda otra opción. Luchar y no rendirse jamás, esa es la idea. Es difícil, casi imposible, pero no tenemos derecho a rendirnos, tenemos que tratarnos mejor aunque no estemos orgullosos de lo que hemos hecho. 

   Lo siento, perdón y adelante.

 

Este texto es público y podéis usarlo cuándo y dónde queráis..


Que VIVA EL BALONCESTO y la VIDA, por muy jodida que sea.

   Algún día volveré a hablar de baloncesto.

Adios.