BALONCESTO. NO ES SÓLO UN JUEGO
Cuando era pequeño me gustaba mucho hacer deporte. Practicaba muchos y muy variados. Me encantaba el fútbol y la verdad es que lo hacía bastante bien; pero un día el portero de mi equipo se lesionó y como yo era el más grande, el entrenador me dijo que me pusiera de portero. No recuerdo cómo acabo aquel partido ni el resto de la temporada, pero si recuerdo que todo cambió tras aquel día: me di cuenta de que me gustaba más tener un balón entre las manos que en los pies.